Como ya es sabido desde hace varios años hacia acá la educación ha sufrido transformaciones y
reformas en sus planes y programas, siendo más exigentes para adentrarse a la
nueva sociedad del conocimiento y donde precisamente la educación exige
estudiantes con competencias sólidas para su ejecución. En este sentido, las
escuelas de hoy no sólo preparan para culminar un nivel educativo, sino además
deben de preparar a sus estudiantes para el futuro en el que se van a enfrentar
de manera que, comprendan los problemas actuales desde una perspectiva
objetiva, implementando las competencias adquiridas, por ello, los docentes
deben estar actualizándose —en todos los ámbitos— con la finalidad de cumplir
los perfiles de egreso que se exigen.
La mayoría de los maestros fueron educados bajo un modelo
tradicional (del que se habló ya anteriormente en el blog) y aunque en la actualidad se habla de constructivismo, se sigue
realizando una mezcla de constructivismo con tradicionalismo, pero también está
en los docentes la capacidad para realizar cambios acordes a las nuevas
reformas y acuerdos.
Sin embargo, se debe prestar mucha atención a la
aplicación de estrategias y técnicas en el desarrollo de las actividades
diarias para el proceso de enseñanza-aprendizaje, tales como: el trabajo
colaborativo y no cooperativo —exclusivamente— la participación, el
involucramiento de la creatividad, motivación intrínseca, libertad de
expresión, uso y empleo de las TIC, análisis, investigación, involucramiento a
través de los proyectos y sobretodo ofrecer la confianza para crear ambientes
de aprendizaje, esto tal y como lo describe Dean }
El docente actual, debe estar consciente de que pertenece a
una sociedad del conocimiento que exige una cantidad de competencias a
desarrollar con los estudiantes para poder ampliar las clases y actividades,
logrando cambios precisos, como tener claro que son un ejemplo a seguir, por lo
que el trabajar y crear ambientes de aprendizajes significativos augura un involucramiento
y desarrollo de competencias dentro y fuera de la escuela.
Hoy en día, ese desarrollo de competencias va implícito en
el trabajo que realizo día a día, porque más que prepararme con cursos,
diplomados, entre otros, es aterrizarlo en la práctica, como docente esa
profesionalización va inmersa cuando planeo al involucrar en los contenidos
actividades que sean retos, donde el estudiante empleé el razonamiento para la
construcción de un pensamiento complejo. Bajo esta perspectiva y como ejemplo
personal, he sido evaluada en permanencia como maestra de grupo con el proyecto
de enseñanza y de directora con el de gestión, donde me percaté, que debemos
tener claro las competencias del docente para poder desempeñar un buen rol en
grupo o dirección; por ello en estos proyectos son importante la actualización
constante, el trabajo entre pares, colaborativo y la práctica docente.
Como docente, entrego cada semana planeaciones y como
directora también las pido, esto con la finalidad de dosificar contenidos acordes
al grupo, bloque y conocer que se trabajará en la semana para tener un panorama
de los aprendizajes esperados a cumplir y precisamente esta elaboración de la
planeación debe ser basada en las competencias que debemos tener como docentes.
Además, es tarea del docente que dentro de estos cambios
inspiren y enlace contenidos hacia una visión compleja que conlleva a una
educación integral, considerando que la mejor manera de transformar a la
sociedad es, sin duda, a través de la formación, donde construya una nueva
forma de hacer teoría del conocimiento acorde a la nueva educación, ciencia y
filosofía que se requiere para transformar la sociedad con el involucramiento
de todos los actores de la educación.
En la práctica docente diaria, los maestros deben implementar
estrategias con actividades como por ejemplo: la construcción de la competencia
por proyectos, estudio de casos, por transversalidad, por grupos de discusión,
paneles, debates, proyectos didácticos, de tal forma que las estrategias lo
lleven a resolver y enfrentarse a los problemas reales; que le permitan al
estudiante vaya más allá de lo visto en clase (meta cognición) para que su
aprendizaje sea significativo, como el
uso organizadores gráficos, trabajo entre pares, auto evaluación, ya que las
actividades traen consigo un proceso de complejidad de acuerdo a las etapas de
desarrollo de los alumnos, por lo que se debe buscar lo mejor para ellos, y eso
será a través de los trabajos que desarrolle.
Cuando el docente esté consciente de dichos cambios en la
sociedad y educación, logrará una profesionalización y maduración en la forma
de actuar y de ser, ya que, muchas de las veces, se enfocan exclusivamente en
tratar contenidos del plan y programas, dejando a un lado, el ser. En este
mismo sentido, Arredondo (1989) describe que el docente además de ser
facilitador también funge el papel de investigador, asesorv y guía, señalando
que debe indagar respectos de los intereses de los alumnos, el contexto
cultural, social y escolar, factores importantes que dicha investigación o
reconocimiento permitirá saber que estrategias y/o técnicas se deben aplicar,
logrando así que los alumnos cumplan con los aprendizajes esperados.
Es importante señalar que las características antes
señaladas (investigador, asesor, facilitador y guía) forman parte de las
competencias y de la formación que un docente debe tener en la actualidad, en
estos tiempos no podemos limitarnos en sólo estar frente a un grupo y dejar de
aportar a la educación.
Si bien es cierto cada docente sabe que el compromiso que
tiene para con los alumnos debe ser significativo, no sólo en las
calificaciones, sino en la forma de desenvolverse en este mundo actual, lo que
conduce, a crear nuevos ambientes de aprendizaje, cuyas características deben
ser enfocadas a que el alumno emplee lo que conoce y está a su alcance,
teniendo la capacidad de vincular su contexto con la teoría.
Aunado a ello, estos ambientes de aprendizaje se lograrán al
tener un compromiso claro y preciso entre facilitador–alumno, en el que exista
la confianza, motivación, actividades lúdicas, participación interactiva, entre
otras, así como el empleo de las TIC, todo ello, basado en las actividades que
se planean y se implementan en las clases, a través de tener como fundamento el
contexto que se realiza al inicio del ciclo escolar y los estilos y ritmos de
aprendizaje de los alumnos, para organizar y diseñar situaciones que le
permitan al docente y alumno interactuar.
En la formación que tenemos como profesionales de la
educación no sólo se trata de estudiar y tener algún papel que lo acredite,
sino tener presente que para estar activos debemos llevarlo a la práctica, tal
como lo indica el principio pedagógico 1.3 (generar ambientes de aprendizaje),
1.4 trabajar en colaboración para construir el conocimiento) y 1.6 (usar
materiales educativos para favorecer el aprendizaje); por ello, Perrenoud
(2004) describe que el trabajo en equipo es importante para el logro los aprendizajes
y que como docentes en la búsqueda constante de estrategias para lograr el
perfil que nos exigen, debo estar en esa investigación y hacer uso de los
recursos y/o materiales para desarrollar un ambiente de inclusión y diversidad.
Finalmente, ser docente es trascender en esta nueva sociedad
del conocimiento con el compromiso definido que la vocación no es sólo trabajar
en el aula, sino, en la búsqueda constante de ser un guía y facilitador que
deje en los alumnos la huella para enfrentar los retos que se les presenten,
haciendo uso de lo que sus maestros le enseñaron en el aula y fuera de ella.