Comenzando a manera de introducción, el tema de hoy es hablar acerca de los modelos de innovación y planeación educativa. ^^
Es un hecho lógico en nuestros días (además de que resulta más que evidente) el papel que la tecnología tiene dentro de la educación hoy en día. Y suena de hecho extraño el hecho de mostrar una actitud negativa hacia la capacitación y actualización del personal en todos los ámbitos. Pero en lo que concierne a la labor como docentes es de suma importancia.
Si bien estamos de acuerdo en asumir que las nuevas tecnologías pueden ser consideradas como innovaciones tecnológicas pueden ser consideradas como tal, también depende del uso y la dirección que les den los individuos así como el provecho que logren sacar de ello.
Cabe destacar que las llamadas nuevas tecnologías, no cambian nada por sí solas si no que facilitan las tareas al mismo tiempo que las refuerzan y hacen todo más atractivo.
La innovación no es tan solo un producto sino, y sobre todo,
un proceso y una actitud o posicionamiento ante el hecho educativo. Si la
innovación se considera simplemente como un producto final se corre el riesgo
de caer en la rutina y en la instalación de prácticas o modelos que en su día
pudieron significar una ruptura, pero que no lo son al momento actual.
El concepto de innovación está hoy más que nunca ligado al de Tecnologías de la
Información y de la Comunicación.
Ante este nuevo escenario, los diferentes segmentos de la
sociedad no sólo enfrentan el desafío de incorporar las tecnologías a los
contenidos y formas de educación, sino que también que es necesario identificar
y reconocer cómo se puede llevar a cabo este proceso de manera que promueva una
educación consciente, modificada para el real mantenimiento del bienestar
social y conservación del medio ambiente en su sentido más amplio.
El tema de las tecnologías de la información suele estar ligado a la idea de
perfeccionamiento, evolución, desarrollo y progreso. Todas esas utopías que se
vivieron especialmente a partir de la revolución industrial, y posteriormente,
con la revolución tecnológica, se han tambaleado ante las graves problemáticas
de toda índole que hoy en día sufren los países. Por otra parte, la reflexión
se hace necesaria porque tampoco este desarrollo puede frenarse ante la
celeridad con que se dan los cambios incesantes. A todo esto es posible deducir que las
Tecnologías de la Información y de la Comunicación intervienen de forma
trascendental en varias áreas de la vida humana (económica, política,
educativa, social, cultural y religiosa) y han contribuido también a
transformar los imaginarios y la idiosincrasia de los seres humanos al afrontar
las problemáticas que existen a nivel regional, nacional y global.
Las
sociedades se han transformado y de la forma tan artificial con las que se han
construido en los últimos tiempos, así como la fascinación de los individuos
ante lo material, la energía y la información ha estimulado la creación de toda
suerte de objetos novedosos o gadgets electrónicos que son parte de nuestro
entorno cada vez más tecnológico. Desde las tres últimas décadas, hemos sido
testigos de cambios vertiginosos en el desarrollo de las tecnologías de
información y comunicación, que permiten afirmar que, por lo menos las
sociedades más avanzadas, han entrado a la llamada del conocimiento
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